enero 24, 2008

Vientos huracanados

Ayer en la tarde hizo un chingamadral de aire en mi pueblo, consecuencia inequívoca del cambio climático. Yo ya estaba muy tranquila en mi casa, con la sana intención de trabajar un rato en mi tesis, y zas, que se va la luz.
Hace rato pregunté y me dijeron que hasta mañana tendremos electricidad de nuevo.
Como no había luz, salimos a la calle mi carnal y yo, jugando al preludio del fin del mundo, en calidad de exploradores antifenómenos mutantes y zombis. Para ambientar, estoy estrenando la compu del trabajo con el CD de Carmina Burana, toditita la obra, que aunque su letra es más bien de amor cortesano, tabernas y juego, una parte de la música si se oye así como tétrica, digo, al menos la ponen en varias películas de terror.
Por cierto, para crear mi plan familiar de protección civil ante contingencias de acontecimientos pre findelmundo, necesito chutarme otra vez las del George A. Romero y todas las de luchadores, especialmente aquellas en las que elSanto no es el protagonista.

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