noviembre 03, 2007

Serrat y Sabina


El 1 de noviembre fui al concierto de Serrat y Sabina. Cuestión de ocupar nuestra localidad, escuchar qué es de Penélope paseando en el boulevard de los sueños rotos. Cantares del Mediterráneo para la Señora a quien tuve el honor de invitar, ella fue feliz en esa fiesta de emoción, de vino, de amigos, y su felicidad me contagió, derrotando al fantasma del nombre con sabor a hierba amarga (Ni me morí, ni te mataste, no me mataré, algún día morirás).
Sentados en la escalera del número siete, calle melancolía, coreamos las andanzas de los locos bajitos, de piratas cojos, de amores y desamores, de pasiones… así nos dieron las 10 y las 11, las 12…

mi botella está en el mar... que la marea, la vida y el destino hagan lo suyo

Éste jueves 1 de noviembre José Luis cumplió 36 años, lo felicité por mesenger, odio admitir que no me atreví a llamarlo, incluso, no me atreví a escribirle nada hace rato que se conectó. No sé lo que hay en su cabeza, obviamente los acontecimientos del final me llevan a decir que, aunque pensaba que sí, tampoco sé que hay en su alma (esa cosa sin nombre que somos).
El caso es que el mensaje está ahí, no me queda más que esperar que sea lo que tenga que ser. Ahora necesito reaprender a vivir con lo que soy. En el aquí y el ahora.

Si ya no puede ir peor, haz un último esfuerzo, espera que sople el viento a favor. Ya sólo puede ir mejor y está cerca el momento, espera que sople el viento a favor. Otra vez te has vuelto a equivocar y siempre piensas: la culpa es de los demás, y no tienes más remedio que, de nuevo, empezar otra vez. La has vuelto a fastidiar, siempre tienes que quedarte atrás, todavía te queda un buen trecho y les tienes que alcanzar. Otra vez fuera de lugar, siempre estás dónde no debes estar, muy cerca o muy lejos, no estás atento y se vuelve a escapar, otra vez. Perdiste tu oportunidad, siempre efrentandote y al final, vencido por el miedo, caes al suelo y te dejas pisar. (Bunbury)